Por Roberto Romero Ospina, Centro de
Memoria, Paz y Reconciliación
Elkim de Jesús Martínez Álvarez, recien electo
alcalde por la Unión Patriótica de Remedios, Antioquia, se encontraba en
Medellín preparando un viaje a Cartagena para asistir al Sexto congreso
del fondo de bienes de sectores públicos donde se iba a estrenar como
burgomaestre.
Pero dos
sicarios le impideron aquel 16 de mayo su misión oficial. Justo cuando acaba de
pagar el arrendiendo del modesto apartamento en el edificio El Cristal, los
asesinos le dispararon a quemarropa matándolo en el acto de seis
disparos. Huyeron en un carro que los esperaba.
Debía posesionarse
el 6 de junio siendo electo en las primeros comicios populares de alcades del
13 marzo de 1988, convirtiéndose Martínez, también, en el primer alcalde
asesinado del país.
Martínez,
destacado líder popular de Remedio, había sido concejal de su pueblo por dos
periodos y ante el crecimiento de la UP en la región, su partido no dudó en
lanzarlo como candidato convirtiéndose en la primera fuerza en la región.
Por eso no
demoraron las amenazas que se activaron a través del grupo “Muerte a Revolucionarios
del Nordeste”, el mismo que bajo las órdenes de Carlos Castaño orquestó el
genocidio de la UP el 11 de noviembre de 1988 en otro pueblo vecino con 43
muertos: Segovia.
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Aegovia, una de las peores masacres en Colombia |
Era tal el
hostigamiento que Martínez tenía que viajar a Medellín en forma constante
buscando protección ya que el gobierno nacional, en lugar de redoblar su
seguridad en Remedios, se la disminuyó.
César Gaviria,
ministro de Gobierno del presidente Barco, bajo cuya administración fueron
asesinados cuatro candidatos presidenciale y se cometieron los peores crímenes
contra la UP, acosado por la prensa se limitó a repetir que el asesinato del
primer alcalde electo de este movimiento era solo un hecho aislado.
Hoy todas las
investigaciones sobre los atentados contra UP apuntan a que se trató de
crímenes sistemáticos que obdecían a una política en la qaue estaban
involucrados sectores paramilitares con la complicidad de agentes del Estado.
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César Pérez |
El pasado 16 de
mayo, coincidiendo con este 25 aniversario del crimen de Martínez, en completa
impunidad, la Corte Suprema de Justicia condenaba a 30 años
de cárcel a César Pérez García, gamonal y ex jefe liberal de
aquella martirizada zona antioqueña, por la masacre de Segovia.
Pérez había
perdido la alcaldía y el control de Segovia a manos de la UP que eligió a Rita
Pabon. Esta no tuvo más remedio, para salvar su vida, que exilarse.
Después de la
matanza, como señala la Corte, Pérez y su grupo volvieron a obtener
el mando del rico municipio minero antioqueño.
Pérez García, gracias
a que la misma Corte declaró hace tres años que la masacre de Segovia era un
delito de lesa humanidad y que por lo tanto no prescribe, fue enjuiciado y con
su condena se hace justicia en parte a la UP.
Sin embargo, el
autor de estos crímenes deberá también responder por la muerte de Elkín de
Jesús Martínez como fundador e impulsor del grupo “Muerte a Revolucionarios del
Nordeste” como lo estableció la Corte Suprema en un fallo realmente histórico.
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