miércoles, 5 de septiembre de 2012

Construyendo memoria en Colombia: ¿Dónde están Miguel Ángel y Faustino?



Miguel Ángel Diaz - Faustino López



¿Dónde están Miguel Ángel y Faustino?




*Este 5 de septiembre se cumplen 28 años de la desaparición forzada de estos dos luchadores sociales y dirigentes de la UP
Por: Roberto Romero Ospina
Miguel Ángel Díaz había escogido el camino de la lucha social. Despedido en forma injusta del Instituto Colombiano de Cultura, junto a su esposa, por participar en un paro nacional de trabajadores al servicio del Estado, Miguel Ángel decide dedicarse al trabajo completo como funcionario del Partido Comunista en el comité regional de Bogotá.
Siendo tesorero, decide viajar en los primeros días de septiembre de 1984 a Puerto Boyacá, Boyacá. Lo acompañaba un viejo militante del partido, dirigente social en esa región, Faustino López.
Iban a redondear un negocio de una propiedad que precisamente podría proporcionar algún dinero a las finanzas que maneja Miguel Ángel.
El trámite no se pudo culminar: el 5 de septiembre de 1984, hace 28 años, Miguel Ángel Díaz después de salir en las horas de la mañana de la oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Puerto Boyacá, para legalizar la escritura de una casa de propiedad del Partido Comunista, es secuestrado.

Los testigos hablan de que Miguel Ángel fue introducido a la fuerza en un carro Renault 12, al que seguía una motocicleta roja, conducida por el detective rural del DAS Jorge Luis Barrero.
Los perpetradores del plagio de Miguel Ángel no se quedaron quietos. En l noche del mismo día cuatro encapuchados y el agente del DAS allanaron la casa de Faustino, a quien sacaron en un costal como testificaron varios vecinos.
Desde entonces nadie sabe del paradero cierto de estos dos militantes de la naciente Unión Patriótica. Por estos hechos, el Juzgado Primero Penal del Circuito de Tunja, el 29 de mayo de 1986, condenó por el delito de secuestro simple al agente Barrero, capturado el 17 de julio de 1987 y recluido en la cárcel El Barne, hasta el 27 de febrero de 1990, cuando fue puesto en libertad por pena cumplida.
Entonces para Gloria, la compañera de Miguel Ángel, para sus tres pequeñas hijas, así como para las hijas de Faustino, la vida se convirtió en un calvario. Interesadas en la búsqueda de los dos trabajadores políticos, organizaron toda clase de actividades, entre ellas una visita al mismo Puerto Boyacá.
No fueron solas. Tres buses llenos de trabajadores del sindicato al que perteneció Miguel Ángel, Fenaltrase, acompañados de otros sindicalistas, tan pronto llegaron a Puerto Boyacá, fueron violentamente repelidos por bandas paramilitares. No fue posible que se bajaran un instante.
Bajo ensordecedoras amenazas tuvieron que regresar a Bogotá. Todo esto indicaba que los criminales no iban a permitir el esclarecimiento de los hechos.
Después vendrían las amenazas y los seguimientos a Gloria y sus hijas que las obligaron al exilio. El Espectador relató el año pasado que Gloria volvió a Colombia en 2003, pero, dos años después, luego de que personas extrañas entraran a su casa, revolcaran todo y le dejaran sobre su escritorio un libro escrito por el jefe paramilitar Salvatore Mancuso, volvió al exilio.
Después en febrero de 2011, un mural con la foto de Miguel Ángel, que realizaron sus familiares para exaltar su memoria, fue tachado con mensajes que lo calificaban como terrorista. Los criminales, 26 años después aun no olvidaban de esta forma siniestra al luchador.
El mismo diario recuerda que la historia de Miguel Ángel y su familia, sin embargo, no empieza con su desaparición. En septiembre de 1979 fue declarado insubsistente de su cargo en el Instituto Colombiano de Cultura, junto a su esposa, por participar en un paro nacional de trabajadores al servicio del Estado. Ocho años después, el 7 de octubre de 1987, el Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca les dio la razón y ordenó el reintegro de Miguel Ángel a su cargo. Pero él no asistió, llevaba tres años desaparecido. Tres meses después, el entonces director de Colcultura revocó el reintegro argumentando simplemente que Miguel Ángel Díaz no se presentó.
Como si fuera poco, por todas las dificultades derivadas de la desaparición forzada de su esposo, Gloria Mancilla empezó a atrasarse en el pago de una casa que había adquirido con su esposo a través de un crédito. Y el Fondo Nacional del Ahorro (FNA) inició un proceso de embargo que terminó el pasado 12 de mayo, cuando la mitad de la casa fue rematada por el juez 26 Civil del Circuito de Bogotá, Leonardo Antonio Caro, cumpliendo órdenes de la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá. Ese día, el juez recibió en sobre cerrado 12 ofertas. Pero sólo una prometía una suma por la mitad de la casa. Las otras 11 contenían una hoja con el rostro de Miguel Ángel y un letrero que decía: “Los bienes de los desaparecidos no se rematan”.
Hoy, 28 años después de la desaparición forzada de Miguel Ángel y Faustino, los familiares esperan que la Fiscalía resuelva favorablemente un el derecho de petición de 26 páginas que radicó su apoderado para que este crimen no prescriba y sea declarado como de lesa humanidad.

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